Un poco de música de los cabarets alemanes de los años 30 cortesía de Master Frank con ese sonido cálido de gramófono antiguo y en seguida a la ducha. No me siento Yo vestido con esta ropa de trabajo…, debo preparar mi cuerpo para la visita de Alicia a WonderLand.
Botas, pantalones, chaleco y muñequera de cuero negro con dos hebillas, muy de código…
La calefacción bien fuerte; entreabro la puerta; dejo un sobre dorado en el suelo de la entrada; me siento en mi butaca y enciendo una lámpara detrás de mí; apago el resto de luces, preparo una pequeña alfombra blanca a mis pies y me dejo embriagar por la música.
Disfruto estos instantes de espera, recogiéndome en mi mente, disfrutando de Alicia, de su pelo, de sus manos, de sus pies, de su mirada, de su olor, del perfume de su bajo vientre… ¡Qué ganas de volver a tenerla a mis pies!
En el reloj están a punto de dar las 22:00, comienzo a escuchar el sonido de tacones subiendo por la escalera antigua de madera, bajo la música para concentrarme en esa dulce melodía que es su caminar.
Son exactamente 20 escalones de los antiguos de las "corralas" madrileñas; menciono esto porque son desiguales y nada fácil de subir con tacones de aguja.
Le di unas instrucciones muy claras para poder entrar en mi casa: zapatos de tacón negros, medias, una gabardina y un juego de palillos chinos…, nada más. Cualquier prenda de más o de menos la haría salir de Wonderland con la misma prisa con la que había entrado.Yo cuidaría de ella, mientras estuviera entre mis manos, no tendría que preocuparse de nada…Vislumbro su silueta a través del hueco de la puerta. Ella sabe qué aunque la puerta está abierta no debe entrar sin mi permiso (eso lo aprendió otra noche en manos de mi fusta).Dos golpes de nudillo en la puerta.
- Pasa y cierra la puerta por favor.
Estaba preciosa, había venido perfecta, me hubiera costado echarla si hubiera desobedecido.
- Buenas noches Señor.
- Buenas noches Alicia, un placer tenerte aquí conmigo. ¿has traído los palillos como te pedí?
- Sí Señor, aquí están.
- A tus pies tienes un sobre dorado, es para ti.
-
Flexionó sus rodillas, lo recogió, saco la tarjeta que leyó atenta; cuando terminó, me miro a los ojos y se dirigió muy despacio hacia mí. Yo aproveche para subir un poco la música. Se situó en la alfombra blanca apenas a 50 cm de mí; podría tocarla si hubiera querido, creo que ella lo deseaba, pero quería mirarla, que notara como me metía dentro de su interior y buceaba en sus deseos.
Le hice un gesto con mi cabeza, cuando empezó a sonar "Lili Marlene" de la voz de Marlene Dietrich… Ella se quitó la gabardina de golpe y la dejo caer al suelo. No pude evitar sino suspirar y una sonrisa cómplice brotó de mí.
Me entrego los palillos y siguió las instrucciones del sobre dorado: fue a la cocina recogió la bandeja donde había un plato de sushi, una botella de agua y un consolador.
Se puso a 4 patas en horizontal delante de mí y yo coloque la bandeja en su espalda. Llevé los dedos de mi mano izquierda a la comisura de su boca, acariciándola hasta que Alicia comenzó a lamer y chupar mis dedos al sentirlos dentro de su boca; lentamente los saque y empecé a acariciar su sexo y separar sus labios… ¡Qué satisfacción comprobar que estaba excitada! Ahora ya podía cenar tranquilo comiendo el sushi con los palillos chinos que amablemente me había traído Alicia…
P.D.: Lo que paso después ya es otra historia que sólo a dos atañe.
Gracias por el relato y sobre todo por el final, que alimenta la imaginación.
ResponderEliminarAyssssss, gracias a ti siempre por leerme y hacerlo tuyo. Dibuja tú el final y hazme partícipe de él. No será el último.
ResponderEliminarMe temo que mi imaginación no se expresa con la misma elegancia con la que lo haces tú en tus relatos. Espero leer más pronto.
Eliminar